Historias de ‘Abdu’l Bahá: Tratando de ser como Moisés

septiembre 7, 2021 Asamblea Nacional de los Bahá'ís Bolivia

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TRATANDO DE SER COMO MOISÉS

Un hombre muy orgulloso no entendía, cómo las personas podían ver a Abdu’l’-Bahá como una persona grandiosa, humilde y llena de amor por los demás. Un día, mientras el hombre caminaba por las calles se encontró con Abdu’l’-Bahá, se le acercó y le preguntó:

– ¿Así que Usted es llamado el Siervo de Dios?

– “Sí”, le respondió Abdu’l’-Bahá, “ese es mi nombre”.

– “¡Bueno!” dijo el hombre con tono de orgullo, “entonces yo soy Moisés”.

– “Muy bien Moisés” le dijo Abdu’l’-Bahá, “reúnase conmigo en esta misma esquina mañana en la mañana para que me acompañe a servir a las personas, como lo hizo el gran Moisés.”

El hombre aceptó la propuesta de Abdu’l’-Bahá. Al día siguiente, desde muy temprano en la mañana y en el transcurso de todo el día, el hombre acompaño a Abdu’l’-Bahá a servir. Juntos, visitaron a los enfermos, a los pobres, sirvieron y ayudaron a los más desamparados.

Llegaron a conocer personas que se encontraban deseosas por escuchar los concejos de Abdu’l’-Bahá y recibir su amor.

Cuando oscureció, el hombre estaba extremadamente cansado. Sin embargo, él continuaba sintiendo ese orgullo dentro su corazón. Entonces, Abdu’l’-Bahá le invitó nuevamente al hombre para que lo acompañase también al día siguiente. Cuando llegó la noche del segundo día, el hombre se encontraba exhausto. No obstante, decidió acompañar un tercer día más, a Abdu’l’-Bahá.

En la tercera noche, cuando regresaron del arduo servicio a la comunidad, el hombre estaba tan cansado que sintió que ya no podía aguantar ese trabajo tan difícil, ni siquiera por un minuto más.  No solo aprendió la lección, sino que también había percibido un destello de la grandeza de Abdu’l’-Bahá. Entonces, antes que Abdu’l’-Bahá lo pudiera invitar para otro día más de servicio, el hombre le dijo con gran humildad: “Abdu’l’-Bahá, desde mañana en la mañana ya no voy a ser Moisés”.

 “La humildad exalta al hombre al cielo de la gloria y el poder, mientras que el orgullo lo sumerge en las profundidades de la miseria y la degradación.” (Bahá’u’lláh, del libro “El Modelo de Vida Bahá’í”)

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